No puedo ver cuanto queda. Nunca lo sabes hasta que se acaba y dejas de respirar. Tengo la sensación de vivir permanentemente con una máscara de oxigeno y con el miedo metido en el cuerpo, ya que no sé cuándo se acabará. Este artefacto invisible, ya forma parte de mí. Al principio me la quitaba por las noches para dormir mejor, pero de un tiempo a esta parte la dejo puesta, me ayuda a conciliar el sueño.
Está claro que todo lo que sucede a nuestro alrededor, nos afecta de forma diferente a unos y a otros. No quiero ser de los miran a otro lado, como si no sucediera nada, pensando que esto, tarde o temprano pasará. De repente, me ha dado por leer textos sobre economía. Me he diagnosticado un trastorno, todavía no recogido en el DSM-IV. Este consiste en conocer, de manera compulsiva, lo que han hecho los amos del mundo y por averiguar qué no hemos hecho los vasallos, por evitar esta estafa, llamada crisis. Una situación en la que se persigue, por encima de todo y a toda cosa, un cambio de modelo.
El modelo está arrasando con todo. Desmantela, con reales decretos, todo aquello que huele a Bienestar, a Derechos, a Ciudadanía. Los amos del mundo nos acorralan, nos asfixian, nos dividen, nos separan en dos grandes grupos: Los ciudadanos y los clientes.
Esta panda de malditos y sinvergüenzas han construido un imaginario social, donde el punto de mira es ‘lo público’. A cañonazos y en casi doce meses, han aniquilado tres pilares básicos del estado del bienestar. Tres derechos fundamentales según la constitución: la educación, la sanidad y la protección social.
Un número importante de ciudadanos han creído la gran mentira de que todo ‘lo público’ es deficitario y, por lo tanto, lo mejor que hay que hacer es privatizarlo para que sea rentable. No voy hablar de aquí de cifras sobre gasto social, porque este trabajo ya lo han hecho multitud de economistas, pero en estudios comparativos con el resto de países europeos, España siempre ha estado por debajo de la media europea, entonces ¿por qué tratan, constantemente, de decir que la situación es insostenible y ‘lo público’ es caro?
Es muy sencillo, con un discurso populista de derechas, donde los mensajes machacones: ‘hemos vivido por encima de nuestra posibilidades’ y ahora ‘tenemos que pagar por ello’, las políticas neoliberales aprovechan para demoler el débil estado de bienestar que tenemos. De esta manera, nos obligan a pasar por caja para casi todo. Llegados a este punto, dejamos de ser ciudadanos.
Y justo, en este momento, entran en juego los clientes. Mientras todo se privatiza y mercantiliza, se destruyen los derechos sociales que tanto tiempo y esfuerzo han costado conseguir A partir de ahora, si tienes, puedes pagar y por lo tanto, podrás estudiar, podrán operarte, te atenderán,... En cambio, otra parte de la ciudadanía quedará excluida por la instauración de un modelo donde solo importa: “tanto tienes, tanto vales”.
…tengo dificultades para respirar, parece que el oxigeno se está acabando, no sé si podré pagar la próxima botella. Quizá tenga que dejar de respirar, me sale demasiado caro…
Emitido el día 29 de noviembre de 2012, en el programa "Hoy por hoy",
en @SERpalencia
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