jueves, 4 de abril de 2013

Chivo expiatorio



Primero nos contaron que los jubilados tenían toneladas de medicamentos almacenados en los cajones de sus casas y esto conllevaba un excesivo gasto sanitario. La solución: recortes en sanidad y copago sanitario.

Después se argumentó que los parados eran unos vagos que no querían buscar trabajo. La respuesta del gobierno: reducir las prestaciones por desempleo, despedir a los orientadores de las oficinas de empleo, reducir los programas de formación ocupacional,..

Más tarde, se castigaría a las familias con la derogación encubierta de la ley de dependencia, la reducción de las becas, la subida del IVA, más alumnos en las aulas, desaparición de los programas para conciliar la vida laboral y familiar,…

Llego la reforma laboral y con ella la reducción de los salarios, la proliferación de expedientes de regulación de empleo, despedidos masivos, cierre de empresas. Resultado: seis millones de parados.

Todos ellos son derechos fundamentales que han costado mucho esfuerzo conseguir y que se han esfumado con la publicación de decretos-ley en el BOE.

Recordemos a la audiencia que somos el país de la Unión Europea con menos inversión en gasto social. Siempre por debajo de la media.

Llegados a este punto, ya solo faltaba echar a la gente de sus casas, y efectivamente, así ocurrió. Las entidades bancarias, las grandes beneficiadas de esta estafa, llamada crisis, comenzaron a desahuciar a todas aquellas familias que no podían afrontar el pago de la hipoteca, porque se habían quedado sin trabajo. Familias que habían firmado cláusulas desmedidas para obtener un crédito. Cláusulas que conculcan los derechos humanos. Cláusulas que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha calificado de abusivas.

Esto llevó a que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) presentase en el Congreso de los Diputados una Iniciativa Legislativa Popular avalada por casi un millón y medio de firmas. Tres veces más de lo que exige la ley.

La PAH es un movimiento ciudadano que está siendo contenedor de toda la frustración de miles de familias desahuciadas. Es un movimiento social que tiene por bandera la defensa de los derechos humanos. Una plataforma que propone soluciones para detener este despropósito.

Empezaron diciendo que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades. Que éramos despilfarradores de los sistemas públicos de protección social. Nos llamaron vagos e irresponsables. Y han acabado llamándonos violentos y criminalizando la protesta ciudadana.

Los poderes políticos y económicos han señalado a la ciudadanía como el chivo expiatorio de los actos y acciones irresponsables de los mercados. Y esto, desde mi punto de vista, solo tiene una respuesta: la desobediencia civil.

Emitido el día 4 de abril de 2013, en el programa "Hoy por hoy",
en @SERpalencia

Fotografía: 

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