jueves, 13 de febrero de 2014

Romper las cadenas


Me viene a la memoria una frase del filósofo alemán Schopenhauer que tiene mucha relación con lo que les contaré a continuación: “Toda verdad atraviesa tres fases: primero, es ridiculizada; segundo, recibe violenta oposición; tercero, es aceptada como algo evidente”.

Hoy abordaremos una propuesta que funciona en Alaska desde hace veintiséis años. Además, en Suiza se tiene previsto convocar en breve, un referéndum para tratar este asunto. Hoy hablaremos de libertad y derechos ciudadanos. Pronunciar libertad en tiempos en los que se recortan impunemente los derechos de la ciudadanía, es un acto revolucionario. Es un acto necesario. Es un acto rebelde.

Hace un par de semanas se celebraba en San Sebastián el ‘XIII Simposio de Renta Mundial Básica’. La ‘renta básica’ o ‘ingreso ciudadano’ se define como el derecho de todo ciudadano y residente acreditado, a percibir una cantidad periódica que cubra, al menos, las necesidades vitales sin que ello deba contraprestación alguna. O lo que es lo mismo, una paga mensual por cuenta del Estado y por el mero hecho de ser ciudadano. No debemos confundir esto, con las rentas de inserción o subsidios condicionados por el Estado de Bienestar.

¿Por qué una renta básica? Porque gana toda la ciudadanía, sobre todo aquellos que carecen de ingresos. La cantidad de renta básica estaría por encima del umbral de la pobreza y sustituiría a cualquier prestación pública monetaria inferior. Esto podría garantizar un mínimo de ingresos por persona, permitiendo afrontar las necesidades más urgentes. Pero para que esto sea posible y sostenible, es necesario suprimir todos los subsidios públicos cuyo montante sean inferiores, además de transformar el IRPF. Estamos hablando de llevar a cabo un reparto justo de la riqueza.

Un estudio de la Asociación Red Renta Básica realizado en Cataluña en 2010, ha puesto de manifiesto que se podría financiar una renta básica para todos los adultos de 7.968 euros anuales o lo que es lo mismo 664 € mensuales.

La renta básica acabaría de un plumazo con la pobreza e incrementaría la libertad de una buena parte de la ciudadanía.

Pero tenemos que ser conscientes, algunos partidos políticos no van a promover nunca la renta básica, porque atenta contra sus perversos intereses. Es obvio que la política económica puesta en marcha, beneficia a los más ricos y perjudica a la mayoría de la población. El futuro de la renta básica va a estar condicionada por el número de personas que quieran defenderla y estén dispuestas a luchar por ella.

La renta básica puede ser una respuesta efectiva a tres problemas actuales de la sociedad española: la pobreza, el desempleo y la desigualdad económica. ¿Cuándo seremos capaces de romper las cadenas impuestas por los ‘nuevos’ señores feudales?

Emitido el día 13 de febrero, en el programa
"Hoy por hoy", en @SERpalencia

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