Tramposos

Hace unas semanas decía Manuel Vicent en ‘El País’: “Aunque el hedor sea ya insoportable, hay que celebrar que toda la basura de la política salga a la superficie”. Cada día nos despertamos con un nuevo caso de corrupción y con la sensación de estar acostumbrándonos a ese olorcillo que circula en el ambiente. Sobres, comisiones, tratos de favor, amiguetes, prevaricación, cohecho,… son términos que han ido contaminado el aire que respiramos. Parece que va a ser verdad cuando Maquiavelo hablaba de que la naturaleza humana es egoísta y ambiciosa. Y no le falta razón, cuando constatamos que en casi todos los grupos humanos existen tramposos y sinvergüenzas. ¿Qué es lo que ha ocurrido en los últimos años para haber llegado a esta situación?. Los partidos políticos se han ido conformando por personas, que ‘sin oficio, ni beneficio’, han ido subiendo escalones, como si de una carrera de fondo se tratase, esperando, con mucha paciencia, dar el salto definitivo a una concejalía...